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MÉRIDA.- Una atmósfera de tensión y controversia envuelve al Instituto del Deporte del Estado de Yucatán (IDEY), tras una reciente serie de despidos que, según fuentes internas, apuntan a una presunta persecución laboral dirigida de manera desproporcionada contra el personal femenino. Se reporta que de una docena de ceses ocurridos en los últimos días, diez corresponden a mujeres, abarcando personal sindicalizado, de confianza y bajo contrato.
Las acusaciones señalan directamente a la gestión del actual director general del IDEY, Armín Lizama Córdoba. Desde su llegada, afirman las fuentes, el ambiente laboral se ha visto empañado por denuncias de acoso y una notable ausencia de propuestas concretas para el fomento deportivo, manteniendo a la dependencia en el ojo del huracán, una constante desde el inicio de la actual administración estatal autodenominada “del renacimiento maya”.
Los testimonios recogidos indican que los despidos se están ejecutando de manera injustificada. Empleados con años de servicio, algunos superando las dos décadas, relatan haber sido notificados de su cese por jefes de unidades deportivas con un trato calificado de “grosero y prepotente”. El argumento recurrente para justificar la terminación laboral es, presuntamente, que “su ciclo ha concluido por pertenecer a gobiernos anteriores”.
Esta justificación ha levantado cuestionamientos, ya que se señala la aparente contradicción de que muchos de los actuales directivos, incluido el propio Lizama Córdoba, también formaron parte de administraciones pasadas. “¿De dónde tanta furia y actos de mala leche?”, se preguntan los afectados, refiriéndose a la hostilidad percibida.
Este nuevo episodio se suma a escándalos previos que han salpicado al Instituto, como el caso no resuelto de un funcionario que presuntamente envió contenido inapropiado (“pack”) a una joven deportista, situación ante la cual, se acusa, el director general mostró una aparente indiferencia (“se hizo de la vista gorda”).
