Mujeres policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Yucatán lanzaron un llamado de auxilio a autoridades superiores ante el acoso sexual y la violencia de género que enfrentan en sus centros de trabajo, por parte de sus superiores inmediatos, denunciando lo que llamaron “terrorismo sexual”, debido a las presiones que sufren ante las presiones de los jefes que les hacen propuestas sexuales para dejarlas trabajar tranquilas y conservar su trabajo

Señalaron que los hostigadores buscan obtener favores sexuales mediante la asignación de comisiones o servicios difíciles, basados en el poder de “superioridad” que tienen sobre sus subordinadas.
Las agentes denunciantes, según dijeron, han acudido a las instancias internas, incluyendo a la esposa del comandante Luis Felipe Saidén Ojeda, titular de la SSP, pero no han obtenido respuestas favorables a sus denuncias.

Uno de los señalamientos es que en el Sector Poniente de la C. de Mérida, a cargo del coordinador Sergio Paredes Guerra, clave “Pegaso”, es donde ocurren gran parte de estos abusos, ya que el mencionado “Pegaso” las humilla y presiona física y emocionalmente para que accedan a sus pretensiones sexuales.
La mayoría de las mujeres policías tienen edades de 25 a 27 años y entraron a la corporación en busca de superación y sustento para sus familias. La última generación entró al Sector Poniente hace un año, con cuatro agentes femeninos, dos por cada turno de 24 horas.

En total son 11 féminas en ese Sector, con seis patrullas que tienen a una mujer policía a bordo en cada turno, es decir, las 11 mujeres vigilan las calles en forma alternada.
El comandante, de alrededor 55 años de edad, es el coordinador de la Base Poniente de la SSP. Anteriormente estuvo en el área de Vialidad en el Grupo Aguilas y es vecino de Kanasín; ante las quejas y advertencias de las agentes de denunciar el acoso, reciben la amenaza de consignarlas si se atreven a denunciar.

Las denunciantes antes acudieron al director del Sector Poniente, el comandante Mario Israel Prado, pensando que encontrarían su apoyo, pero éste les respondió “dejen de dar problemas”.
Indigna verdaderamente los relatos de las situaciones de hostigamiento y acoso de las que son víctimas las agentes femeniles de la SSP, y que sus denuncias hayan caído en saco roto.
Uno de los peores casos señalados es el de una compañera que sufrió un aborto debido a los excesos de trabajo a los que era sometida por “Pegaso”, quien se negó a manda un relevo al comenzar a sangrar, y tuvo que ser llevada de emergencia al hospital, donde abortó, y al regresar de su incapacidad, fue castigada.
Son demasiados los abusos provocados por estos “mandos superiores” y que sufren día a día las mujeres policías de la SSP, sin que el titular intervenga para resolver estas graves situaciones provocadas por los mandos medios de las corporaciones, quienes al saber que han sido expuestos por sus abusos, han optado por arrestar a las víctimas, y burlarse diciendo que no les pueden hacer nada. Se consideran intocables, y así continúan con su escalada de abusos y hostigamiento hacia las mujeres policías.
Llama la atención que Asuntos Internos de la corporación policiaca, esté en manos de una mujer, la “ licenciada Sulmy”, quien no solo no ha movido un dedo para apoyar a su género, sino que ha desoído el llamado de doña María Angélica Fernández de Saidén, a quien consideran una mujer sensible y comprensiva de las necesidades de las mujeres madres de familia, y a quien acudieron las denunciantes en busca de apoyo a su situación.
Ojalá el machismo, la misoginia y la violencia de género que prevalece en esta corporación, sea erradicada en favor de las mujeres policías y se dé un claro ejemplo en un primer paso para que las mujeres puedan acceder verdaderamente a una vida digna libre de violencia.
¿Quién mejor SSP para dar ese paso adelante como ejemplo ante la sociedad?
Esperemos que así sea y los malos elementos “superiores” sean dados de baja y haya un verdadero cambio en la corporación.