lunes , 6 octubre 2025
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Las purgas estalinistas

Franck Fernández

Fuente: Diario de Yucatán

El periodo más sombrío de la historia de la NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos de la Unión Soviética) y de la Unión Soviética en general fue durante el Gran Terror o Grandes Purgas de finales de la década de 1930. En este periodo, millones de personas fueron arrestadas bajo acusaciones falsas de traición, espionaje o actividad contrarrevolucionaria.

La NKVD se encargaba de la detención de los acusados, sus interrogatorios, torturas y, en muchos casos, de su ejecución sumaria. Las purgas afectaron a miles de personas de todos los estratos de la sociedad soviética: oficiales militares, funcionarios del Partido, científicos, escritores y simples ciudadanos que fueron víctimas de las acusaciones políticas.

Alrededor de 1924, tras la muerte de Vladimir Lenin, Stalin comenzó a tomar ventaja en la lucha interna por la sucesión, derrotando a sus rivales, entre ellos a Trotski, quien finalmente fue expulsado del Partido en 1927 y exiliado en 1929.

A medida que Stalin consolidaba su poder, implementó políticas de control total sobre el Partido, el gobierno y el Ejército Rojo.

La figura de Stalin se erigió como la de un líder supremo, pero su ascenso estuvo marcado por la desconfianza hacia los demás miembros del Partido y la necesidad de eliminar a cualquier posible rival político.

La Yezhovchina, el periodo bajo el liderazgo de Nikolái Yézhov al frente de la NKVD, que duró de 1936 a 1938, es conocida por ser la fase más brutal de las purgas estalinistas. En este periodo, los arrestos y ejecuciones masivas fueron llevados al cabo de manera sistemática. Se estima que durante las purgas se ejecutaron entre 600,000 y 1.5 millones de personas, aunque las cifras pueden variar.

La NKVD bajo Yézhov fue responsable de miles de arrestos, detenciones y muertes, con la consigna de “matar a los enemigos del pueblo”. La represión no solo se limitó a la eliminación de figuras políticas, sino que también afectó a grandes segmentos de la sociedad, incluidos los kulaks (campesinos ricos) y otras clases consideradas “enemigas” del régimen comunista. La NKVD actuó como la mano ejecutora de estas políticas. Las cárceles y campos de concentración del gulag se llenaron rápidamente de prisioneros políticos.

Una de las características del régimen estalinista fue la traición y la paranoia, lo que llevó a una purga dentro de la propia NKVD. A finales de la década de 1930, cuando las purgas empezaron a tocar incluso a los miembros más altos del aparato de seguridad, Nikolái Yézhov, quien fue el responsable directo de la represión más violenta, cayó en desgracia. En 1939, fue arrestado y ejecutado bajo la acusación de ser parte de una “conspiración trotskista”, uno de los enemigos inventados por Stalin. Su caída en desgracia no significó el fin de la represión, sino que simplemente fue sustituido por Lavrenti Beria, quien continuó con las políticas represivas de la NKVD durante los años siguientes.

La decisión de Joseph Stalin de fusilar a numerosos generales y oficiales del Ejército Rojo durante las purgas de finales de la década de 1930 tuvo consecuencias muy graves durante la invasión de la Unión Soviética por parte de la Alemania nazi en 1941. Estas purgas, que formaron parte de un proceso más amplio de represión política en la URSS, afectaron la estructura de mando del Ejército Rojo de manera crítica, lo que tuvo un impacto directo en la capacidad de la Unión Soviética para resistir la invasión nazi. Todo ello llevó al debilitamiento del liderazgo militar, a la desorganización del Ejército Rojo, a la desconfianza y falta de moral y a la pérdida de experiencia táctica y estratégica: muchos de los generales que Stalin fusiló durante las purgas eran veteranos de la Revolución Rusa o de la Guerra Civil Rusa, con una gran experiencia en la conducción de batallas y operaciones militares. Su pérdida significó una grave carencia de conocimiento táctico y estratégico dentro del Ejército Rojo, que se vio obligado a recurrir a oficiales menos experimentados para la defensa contra la ofensiva alemana.

Podemos decir que las purgas estalinistas de los años 30 tuvieron un impacto devastador en la capacidad defensiva de la Unión Soviética durante la invasión nazi, ya que dejaron al Ejército Rojo sin muchos de sus oficiales más competentes y experimentados, lo que contribuyó a los primeros fracasos militares y a la enorme sorpresa inicial por parte de la invasión alemana. A pesar de estas dificultades, la Unión Soviética logró finalmente reorganizarse y resistir, pero las purgas de Stalin tuvieron un costo muy alto en términos de preparación y liderazgo.

Tras la muerte de Stalin en 1953, la NKVD fue reorganizada en el contexto de un cambio político significativo en la URSS. En ese mismo año, Lavrenti Beria, que había sido una figura clave en la represión bajo Stalin, fue arrestado y ejecutado, acusando a su administración de ser demasiado arbitraria y excesiva. En 1954, la NKVD fue reorganizada y renombrada como KGB (Comité para la Seguridad del Estado), la cual continuó desempeñando muchas de las funciones de la NKVD, pero con un enfoque menos explícito en la violencia masiva.

La KGB se centró más en el espionaje exterior, la represión de la disidencia política y la vigilancia de los ciudadanos soviéticos. Aunque la intensidad de las purgas masivas disminuyó considerablemente, la KGB continuó siendo un órgano clave de control y represión hasta la disolución de la URSS en 1991.

Hoy en día, la organización que ha reemplazado a la KGB es la FSB, siglas de Servicio Federal de Seguridad. Sigue las mismas técnicas, formas y políticas de las anteriores organizaciones.

*Traductor, intérprete e filólogo.

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