jueves , 18 diciembre 2025

Futuro urbano de Mérida, con 69 propuestas ciudadanas

Mérida, 17 de diciembre, 2025.- Las 69 propuestas recibidas durante la consulta pública del anteproyecto del Programa Municipal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de Mérida (PMOTDUM) constituyen un mapa completo de las preocupaciones urbanas actuales de los habitantes de la capital yucateca. Los planteamientos ciudadanos, agrupados en ejes como movilidad y seguridad vial, medio ambiente y cambio climático, normatividad urbana, vivienda y suelo, servicios públicos y gobernanza, revelan con precisión dónde está poniendo el ojo la ciudadanía frente al modelo de ciudad que se pretende construir hacia el año 2050.

El proceso de consulta pública se desarrolló del 4 de noviembre al 3 de diciembre de 2025, durante un plazo de 30 días naturales en el que los meridanos pudieron presentar opiniones, propuestas y observaciones sobre el anteproyecto. La recepción de aportaciones se realizó mediante sedes físicas del Ayuntamiento de Mérida, las oficinas del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) y a través de correo electrónico institucional, además de la plataforma digital «Mérida Decide Contigo», que registró las 69 propuestas como insumos formales del proceso participativo.

Actualización clave del PMOTDUM

El PMOTDUM representa el instrumento normativo más importante en materia de ordenamiento territorial y desarrollo urbano del municipio, y su actualización sustituirá al programa vigente desde 2017. Con el cierre del periodo de consulta, el procedimiento entró en su fase de sistematización de observaciones, ajustes técnicos e integración de la versión final que será remitida al Cabildo de Mérida para su análisis y eventual aprobación, previsiblemente durante 2026 una vez concluidos los dictámenes de congruencia y las revisiones técnicas correspondientes.

La alcaldesa Cecilia Patrón Laviada ha señalado que el objetivo es transitar hacia un plan urbano «por zonas y vocaciones», con una zonificación más precisa que el modelo actual, de modo que el crecimiento de la ciudad sea más concentrado y no expansivo. Este enfoque abre la puerta a diferenciar reglas de uso de suelo, densidades y equipamientos según las características ambientales, patrimoniales y socioeconómicas de cada zona, lo que implica un cambio de paradigma en la forma de planear el territorio municipal.

El análisis de las propuestas ciudadanas revela cinco ejes temáticos principales que concentran las demandas de los meridanos. En materia de movilidad y seguridad vial, destacan planteamientos sobre cruces peatonales seguros, movilidad alternativa, conectividad vial entre fraccionamientos como Las Américas y Dzityá, ordenamiento de tianguis y mejora del transporte entre comisarías y el periférico. En el eje de medio ambiente y cambio climático sobresalen las propuestas de parques para disminuir inundaciones, implementación de corredores verdes en colonias, jardines comestibles y protección de fauna urbana.

Normatividad y control urbano

La normatividad y el control urbano constituyen otro eje relevante, donde los ciudadanos demandan la regulación de los desarrollos inmobiliarios, procedimientos claros para la actualización de usos de suelo, fortalecimiento de los Estudios de Impacto Urbano (EIU) y regulación de estacionamientos sustentables. Esta tendencia refleja una desconfianza ciudadana hacia la forma en que se han autorizado proyectos inmobiliarios y cambios de uso de suelo en el pasado, y una exigencia de que el nuevo instrumento cierre esa brecha entre la norma escrita y la práctica cotidiana de autorizaciones.

En el eje de vivienda, suelo y equidad territorial, las propuestas apuntan a frenar la expansión urbana mediante políticas de redensificación, el uso de baldíos e inmuebles en desuso dentro de la zona urbanizada, y la creación de subcentros urbanos que acerquen servicios a las periferias. La preocupación por la existencia de vivienda precaria y la demanda de una «ciudad completa» en toda la mancha urbana evidencian un malestar con un patrón de ciudad fragmentada y desigual, donde coexisten zonas subutilizadas con déficits de vivienda digna.

Propuestas clave urbanas

Entre las 20 propuestas más destacadas del proceso participativo figuran la regulación de estrategias para atender la gentrificación y la expansión urbana descontrolada, la revisión de los parámetros de densidad habitacional del PMDUM 2017, la definición territorial del trazado de la red vial primaria y secundaria, y el plan de rescate y ampliación del programa EnBici como parte de la movilidad sostenible. También destaca la implementación de corredores verdes multifuncionales para mejorar la conectividad ecológica y el confort climático de la ciudad.

Otras propuestas relevantes incluyen la atención urgente a la falta de infraestructura verde en diversas colonias, la regulación del cobro de derechos por licencias de uso de suelo, el diseño de estrategias para abordar la saturación vial en el Centro de Mérida y el Anillo Periférico, así como el mejoramiento de infraestructura urbana en zonas como Santa Rita Cholul y el entorno de universidades. El fortalecimiento del programa «Mérida limpia» y la creación de más subcentros urbanos para disminuir la dependencia del centro histórico completan este primer bloque de demandas ciudadanas.

La alineación y actualización de la normatividad urbana para que el desarrollo inmobiliario se ajuste al nuevo modelo de ciudad 2050 aparece como una de las propuestas más recurrentes, junto con el desarrollo de estrategias para mitigar los impactos de la expansión inmobiliaria en zonas de valor ambiental y recarga hídrica. Los ciudadanos también demandan reforzar la planeación del suelo para que la expansión urbana no rebase la capacidad de servicios básicos como agua, drenaje y movilidad, así como incorporar criterios de justicia espacial y equidad territorial en la distribución de infraestructura entre el norte, sur, oriente y poniente de la ciudad.

Participación ciudadana permanente

Las propuestas ciudadanas plantean además el diseño de estrategias para enfrentar la especulación del suelo urbano y garantizar un acceso más justo a vivienda y tierra urbanizada, así como el establecimiento de mecanismos de participación ciudadana permanentes para el seguimiento del PMOTDUM y la evaluación periódica de sus resultados. Esta última demanda refleja la voluntad de los meridanos de que el nuevo instrumento no sea letra muerta, sino un documento vivo sujeto a monitoreo y rendición de cuentas.

El conjunto de las 69 propuestas refuerza el discurso del PMOTDUM sobre sostenibilidad, movilidad multimodal y contención de la expansión, pero al mismo tiempo pone «nombre y apellido» a problemas muy concretos que el documento tiende a tratar en un nivel más abstracto. El reto para la administración de Cecilia Patrón Laviada será traducir estas demandas ciudadanas en reglas claras de densidad, mezcla de usos, captura de plusvalías y mecanismos efectivos de control que reflejen el espíritu de las aportaciones recibidas, antes de que el proyecto sea sometido a la aprobación del Cabildo de Mérida.

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