Mérida, 31 de julio, 2025.- Las familias yucatecas navegan en aguas económicas turbulentas, con apenas 1,423 pesos mensuales de margen entre sus ingresos y gastos básicos, una cifra que las coloca en extrema vulnerabilidad ante cualquier imprevisto financiero. Según los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, publicados por el INEGI este día, el ingreso promedio mensual de 29,050 pesos por hogar se consume casi en su totalidad con gastos corrientes de 27,627 pesos, dejando un colchón financiero equivalente a apenas 47 pesos diarios para emergencias, inversiones o mejoras en la calidad de vida, que es totalmente insuficiente, ni para el transporte.
Esta precaria situación económica se desmorona instantáneamente ante gastos inesperados que forman parte de la realidad cotidiana mexicana. Una consulta médica especializada (entre 800 y 1,500 pesos), la reparación de un electrodoméstico básico (1,000 a 3,000 pesos) o el arreglo urgente de un vehículo (2,000 a 5,000 pesos) pueden comprometer el presupuesto familiar de dos a tres meses completos. La situación se agrava considerando que el 36.8% del gasto familiar (6,291 pesos mensuales) se destina únicamente a alimentos, evidenciando que las familias yucatecas operan en modo de supervivencia más que de prosperidad.
Educación privada, lujo inalcanzable
El acceso a la educación privada se convierte en un lujo inalcanzable para la mayoría de las familias. Con colegiaturas que oscilan entre 2,000 y 8,000 pesos mensuales por hijo en instituciones de calidad media, una familia promedio con dos hijos en edad escolar vería comprometido entre el 13% y 55% de su ingreso total solo en educación. Los datos revelan que las familias destinan únicamente 1,712 pesos mensuales a educación y esparcimiento, cifra que resulta insuficiente para costear una educación privada de calidad, perpetuando así la dependencia del sistema público y limitando las oportunidades de movilidad social ascendente.
La salud representa otro punto crítico de vulnerabilidad financiera para los hogares yucatecos. Con apenas 696 pesos mensuales destinados a cuidados de la salud, las familias quedan expuestas ante enfermedades que requieren atención especializada o medicamentos de alto costo. Una hospitalización menor puede costar entre 15,000 y 50,000 pesos, equivalente a entre 6 y 20 meses del presupuesto sanitario familiar. Tratamientos crónicos como diabetes o hipertensión, que requieren medicamentos de 1,500 a 3,000 pesos mensuales, consumen hasta cuatro veces el presupuesto destinado a salud, obligando a las familias a endeudarse o descuidar otros aspectos básicos de su bienestar.
Los ricos con salario de 81,772 pesos mensuales
La desigualdad estructural agrava la situación para los sectores más vulnerables. Mientras el 10% más rico de la población yucateca maneja ingresos mensuales de 81,772 pesos, el 10% más pobre sobrevive con apenas 6,268 pesos al mes, una diferencia abismal de 13 a 1 que refleja una sociedad fracturada. Las mujeres enfrentan una discriminación salarial del 56.8%, ganando en promedio 7,631 pesos mensuales frente a los 11,967 pesos de los hombres, mientras que las familias indígenas hablantes de lengua originaria perciben solo 6,997 pesos mensuales, menos de la cuarta parte del ingreso de familias no indígenas.
La posición de Yucatán en el ranking nacional (14 de 32 entidades federativas) evidencia un estancamiento económico regional preocupante. A pesar del crecimiento del 16% respecto a 2022, la entidad permanece por debajo de la media nacional, sugiriendo que las políticas económicas implementadas resultan insuficientes para generar prosperidad real. La dependencia del 62.6% de los ingresos familiares del trabajo asalariado convierte a las familias en rehenes de la estabilidad laboral, mientras que las transferencias gubernamentales (19.8% del ingreso) funcionan más como paliativos que como soluciones estructurales a la pobreza.
La radiografía económica que presenta la ENIGH 2024 revela una realidad incómoda: las familias yucatecas viven en un equilibrio financiero tan frágil que cualquier evento inesperado puede desencadenar una crisis doméstica. Con un margen de maniobra de apenas 1,423 pesos mensuales, la clase media yucateca se encuentra a una emergencia de distancia de la pobreza, evidenciando que el crecimiento económico no se ha traducido en mayor bienestar ni en una distribución más equitativa de la riqueza generada en la región.