Felipa Gallardo, de 37 años y vecina de la colonia El Porvenir, aseguró a los agentes de homicidios de la Policía Estatal Investigadora, no saber que estaba embarazada cuando fue interrogada varias veces para descartar que se hubiera provocado un aborto ilegal y así configurar el delito de homicidio.
La mujer explicó ser irregular en su periodo, que desde hacía seis meses no reglaba, y pensó que era un cambio más en su cuerpo debido a su edad.
“Nunca se movía, ni tuve síntomas del embarazo ni subí de peso. Lo único es que me daba mucho sueño y no tenía energías”, explicó la mujer a los oficiales.
Indicó que el sábado, sintió fuertes dolores en el vientre y acudió a la farmacia para comprar algún medicamento, pero en ese momento sintió muchas ganar de ir al baño por lo que solicitó el sanitario a los encargados de la farmacia; al sentarse en el inodoro comenzó un fuerte dolor en el vientre, por lo cual comenzó a gritar, cuyos gritos alertaron a los empleados, quienes entraron al baño y descubrieron que la mujer estaba en trabajo de parto en el inodoro, por lo que llamaron al número de emergencias 9-1-1.
Llegaron dos ambulancias cuyos paramédicos recogieron a la bebé del inodoro para trasladarla al hospital, pero ya estaba en paro en tanto la otra ambulancia trasladó a la mamá al Hospital General “Agustín O’Horán”; durante el trayecto se realizaron maniobras de resucitación, pero no hubo los resultados esperados; al llegar al nosocomio se confirmó el fallecimiento de la niña.
La Fiscalía General del Estado informó que no se fincaron responsabilidades penales contra la mujer porque fue un aborto patológico. De acuerdo con los dictámenes forenses, la niña se pasó de tiempo, lo que le ocasionó la muerte en el vientre materno. Fisiológicamente hubiera podido sobrevivir, ya que visiblemente no tenía mal formaciones y sus órganos estaban bien.
Los restos de la pequeña, de 42 centímetros de talla y peso de 1.7 kilogramos, se entregaron a la mamá.