lunes , 15 septiembre 2025
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¿Cuánto nos cuestan?

Marcelo Pérez Rodríguez

Fuente: Diario de Yucatán

Los políticos en general han abusado de la confianza de los ciudadanos, del erario público y del poder conferido.

Interesados más en su bienestar personal y por buscar posiciones privilegiadas han dañado el espíritu de la política de servicio y la imagen del servidor público.

No importa el partido al que pertenezcan, muchos de estos funcionarios de alto nivel, gobernadores, alcaldes, dirigentes de partidos, diputados federales y senadores, en vez de cumplir las promesas de campaña, los compromisos con la gente y la responsabilidad de servir en beneficio de la comunidad al llegar al poder se dedican a vivir entre lujos y el derroche.

O son muy ahorrativos o los ciudadanos somos muy ingenuos para creer que todo lo que gastan estos políticos sale del salario que perciben. No olvidemos que también tienen gastos de representación, “asesores”, choferes y diversas dádivas y prebendas, ni qué decir de otras argucias para obtener ganancias extras con los “moches”, empresas fantasmas, licitaciones con privilegios, porcentajes de las obras proyectadas y otros trucos sacados de la manga.

Si se contabilizara el salario que perciben esos sacrificados servidores públicos y se relacionara con los viajes de recreación al extranjero, la ropa, joyería y relojes de marcas de prestigio y adquiridas en establecimientos exclusivos, compra de automóviles y camionetas de lujo, así como bienes inmuebles en el país y el extranjero, las cifras no cuadrarían y saldrían debiendo millonarias cantidades.

Si en el ayer, dentro del viejo priismo, muchos funcionarios, políticos y gobernantes hicieron grandes fortunas y vivieron en la abundancia y el derroche, ahora surgen estos nuevos políticos morenistas, entre ellos muchos prianistas, que olvidan la austeridad que pregonan y sin recato realizan viajes al extranjero y presumen vestimentas y joyería exclusivas.

A pesar del discurso de austeridad, del Decálogo de Ética, de los principios y filosofía del partido, se les hace difícil vivir en la justa medianía y con humildad a muchos políticos morenistas, y muestran por las redes sociales, sin sonrojo alguno, los lujos cotidianos a los que están acostumbrados.

Una larga lista de servidores públicos ha salido de viaje al extranjero por el “extenuante” trabajo que realizan y han mostrado el lujo que derrochan. Los morenistas Ricardo Monreal, diputado federal; Gerardo Fernández Noroña, senador; Andrés Manuel (Andy) López Beltrán, dirigente de Morena; Daniel Asaf, diputado y amigo y socio de Andy; Mario Delgado, titular de la SEP; Enrique Vázquez, diputado; Miguel Ángel Yunes, senador; Ricardo Moreno, alcalde de Toluca; Sandra Anaya, diputada, y, recientemente, Layda Sansores, gobernadora de Campeche, quien viajó a los Países Bajos; los de Movimiento Ciudadano, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, y esposa, Mariana Rodríguez, quienes viajan con frecuencia y presumen sus lujos por las redes sociales, y más etcéteras.

Hay también una pareja de legisladores que están en el ojo del huracán por el lujo que presumen y los regalos que reciben: el líder morenista en la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, y su esposa, la diputada del PT, Diana Karina Barreras, mejor conocida como Dato Protegido. Este apodo y ella se dieron a conocer, además de los lujos, porque denunció por violencia política en razón de género a una ciudadana que osó criticar su candidatura. El Tribunal Electoral del Poder Judicial sorpresivamente sancionó a la ciudadana con una multa, tomar cursos y disculparse durante un mes, todos los días, por su red social, la cuenta X. Un golpe demoledor a la libertad de expresión.

Comportamiento

Lo que estos funcionarios y políticos hacen hoy es lo que criticaban en el ayer, pero, lo paradójico, en el discurso señalan la austeridad, la humildad, la sencillez y que no debe haber político rico y viviendo entre lujos y derroche si hay un pueblo pobre. Lo lamentable es que viven entre lujos a costa del erario público sin importarles la situación económica de la mayoría de las familias.

La misma presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ante este hecho de ostentación, abusos y derroches, señaló que el poder se ejerce “con humildad” y les recordó que deben ser congruentes con la austeridad, la sencillez y los principios de la Cuarta Transformación.

Pero, lamentablemente, hay muchos que ignoran estos preceptos, porque están acostumbrados al dinero a manos llenas, fácil y sin tanto esfuerzo. Al parecer estos políticos al levantarse se miran al espejo y expresan: “Me merezco la abundancia”, como decía la esposa de Javier Duarte, exgobernador de Veracruz, hoy en prisión.

Esta nueva clase dorada, con guinda y matizada con azul y oros tres colores, se da una vida de lujos y derroche mientras el pueblo paga y se endeuda. La gran pregunta que casi todos nos hacemos: ¿Cuánto nos cuestan los funcionarios de mediano y alto nivel, los gobernadores, los alcaldes, los dirigentes de partido, los diputados federales y los senadores?

No solo por los altos salarios, sino por todo lo demás que pueden adjudicarse.

La respuesta nos dejaría asombrados, boquiabiertos, cerca de una taquicardia. Es mucho dinero, una fortuna. Son necesarias las investigaciones, el rastreo para detectar signos de corrupción, la aplicación estricta de la ley a los servidores públicos y ponerle un alto a la impunidad.

La austeridad debe ser primero y obligación para los servidores públicos.— Mérida, Yucatán

marpero53@yahoo.com.mx

(*) Profesor

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