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Aunque el Candidato a Gobernador por la Alianza PRI-PVEM, Mauricio Góngora Escalante sugirió que la deuda Estatal de Quintana Roo se divida entre la población y además entre el número de turístas que visitas el Estado, esto no es posible, rebatió Alfonso Jiménez, académico e investigador turístico.
Quien recordó que los turístas que visitan los destinos del Estado ya pagan un 3% por alojamiento y por aeropuerto.
Como se recordara, Góngora Escalante en un presunto afán de justificar la exhorbitante deuda de Quintana Roo, una de las más altas de todo el País, señaló que la deuda contratada, mayormente en los últimos dos sexenios Estatales, se deben a la necesidad de infraestructura y servicios que los turístas nacionales e internacionales demandan.
El Candidato por la Alianza “Somos Quintana Roo” indicó “Somos de los últimos estados del PAís en cuanto a número de población y si dividimos la deuda entre un millón y medio nos toca mucho, pero si dividimos la deuda entre 15 millones (de turistas que recibe el Estado), más un millón y medio de habitantes, nos toca poquito”.
Mientras que Alfonso Jiménez señala que la deuda de un Estado no sólo se debe a la inversión turística, sino a obras injustificadas, corrupción, desvío de recursos entre otros más.
Asimismo, opinó, que la forma en que los hoteles aplican su responsabilidad fiscal con el Estado contribuye a que la gente no pague impuestos y que las obras públicas para infraestructura turística sea pagada con fondos públicos, sin grandes beneficios para los mexicanos.
En este sentido, abundó como su libro “Cadenas Hoteleras” ha documentado como operan las grandes transnacionales en el Estado, exponiendo cómo es que en cenas de promoción turística del Gobernador Roberto Borge se han llevado a cabo acuerdos que benefician fiscalmente a grandes hoteleras.
Ejemplificó el reporte del Sistema de Administración Tributaria (SAT) 2013 en que de los 21 rubros el que menos aporta en materia de impuestos es el de establecimientos de alojamiento temporal y preparación de alimentos y bebidas, siendo su aporte de solo 0.5% de los impuestos.
A modo de conclusión señaló que la deuda de Quintana Roo no tiene nada que ver con el turismo sino más bien a una red compleja de corrupción, impunidad y evasión fiscal.
